Exposiciones
Patrick Groth,
2023, Oil on canvas, 30,48 x 43,18 cm (12 x 15 inch.)Patrick Groth,
2022, Acrylic and intaglio ink on canvas, 40,64 x 30,48 cm (16 x 12 inch.)Patrick Groth,
2024, Oil on canvas, 137,16 x 96,52 cm (54 x 38 inch.)Patrick Groth,
2024, Oil on canvas, 172,72 x 121,92 cm (68 x 48 inch.)"Rodeo Clowns, Soccer Players" Es la primera exposición individual en Europa del artista neoyorquino Patrick Groth. Como sugiere el título, la muestra presenta pinturas que retratan a dos figuras aparentemente dispares: los payasos de rodeo y los futbolistas. Groth examina las conexiones entre estos personajes y reflexiona sobre cómo sus roles de actuación se manifiestan tanto en la sociedad contemporánea como en la historia del arte. Los payasos de rodeo se visten de manera llamativa para destacar ante el público y distraer a los toros, para ello usan pañuelos estampados que cuelgan de sus amplios pantalones cortos, sujetos por tirantes extravagantes. Sus rostros están pintados de forma caricaturesca, con narices rojas y ojos exagerados. Aunque su apariencia resulta cómica y actúan durante los intermedios de grandes eventos, su responsabilidad es mucho más seria: deben proteger a los jinetes de los toros después de una caída, dirigiendo la atención de los toros hacia ellos para evitar accidentes. Groth representa a estos cómicos guardianes con amplias manchas de color plano, dejando a menudo el lienzo en blanco para crear un fuerte contraste. El uso del espacio negativo es fundamental, sugiriendo la forma de sombreros de vaquero o carteles a través de los colores que los rodean. Esta técnica recuerda a la separación de colores en los carteles serigrafiados. A su vez, el enfoque pictórico evoca la historia del arte, especialmente cuando Courbet afirmó que las figuras en las obras de Manet tenían "la planitud de las cartas de un rey o una reina en una baraja". Por otro lado, las pinturas de los futbolistas son de pequeño formato y están realizadas en óleo sobre lienzo, con trazos gruesos y texturizados. Los jugadores parecen suspendidos en campos sin horizonte, ya sea sobre un césped verde o en las franjas horizontales de los carteles publicitarios que bordean el terreno de juego. En muchos casos, sus uniformes están al borde de desintegrarse en manchas abstractas. En todas las pinturas, excepto en una, los jugadores interactúan con el árbitro, quien les muestra tarjetas amarillas o rojas por su comportamiento. Los árbitros, al igual que los payasos de rodeo, tienen la responsabilidad de garantizar un juego justo y seguro. Aunque no arriesgan su vida como los payasos, su posición ante el público, a menudo criticada pero esencial, representa en sí misma una forma de castigo. Tener un trabajo de tal importancia, pero permanecer en los márgenes de algo tan grandioso, puede interpretarse como una especie de injusticia existencial. En esta misma línea, la obra más grande de la exposición toma su nombre e inspiración de la pintura "Pierrot" de Jean-Antoine Watteau. Pierrot, el melancólico bufón trágico que se ha convertido en un héroe contracultural, fue inicialmente concebido como un personaje de la commedia dell'arte, y más tarde reinterpretado por artistas como Cézanne, Picasso, Arnold Schoenberg, Jean-Luc Godard y David Bowie. A lo largo de los siglos, Pierrot ha evolucionado hasta convertirse en un compañero silencioso y cansado, un artista que transforma las tragedias cotidianas en arte. Quizás, el árbitro y el payaso de rodeo sean sus herederos espirituales.