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Tim Wilson

Moka Pot

Tim Wilson, Moka Pot, 2019, oil on paper on panel, 12.5 x 12.25 in. (32 x 31.5 cm)

My Shameful and Recurring Survival Through the Wisdom of Others

Tim Wilson, My Shameful and Recurring Survival Through the Wisdom of Others, 2019, oil on paper mounted on linen stretched panel, 15 x 11.25 in. (38.1 x 28.6 cm)

Mug

Tim Wilson, Mug, 2018, oil on paper mounted on linen stretched panel, 15 x 11.25 in. (38.1 x 28.6 cm)

TBT Flower 3

Tim Wilson, TBT Flower 3, 2019, oil on paper on panel, 9.5 x 7.5 in. (24.1 x 19.1 cm)

Pillows

Tim Wilson, Pillows, 2019, oil on linen stretched panel, 12 x 12 in. (30.5 x 30.5 cm)

Bird

Tim Wilson, Bird, 2018, oil on paper mounted on linen stretched panel, 10 x 7.5 in. (25.4 x 19.1 cm)

Tim Wilson

A través de una mezcla codificada de color, forma, proceso y representación, Wilson busca proporcionar a sí mismo y al espectador un espacio meditativo para reflexionar sobre el ser en el mundo. De esta manera, une la abstracción de imágenes fotográficas con las cualidades corporales de la pintura al óleo, examinando la indecisión del color dentro de la estructura de la representación tonal. Este compromiso formal contradice la creencia de Wilson que un sistema abierto de pintura puede ser un reflejo de la conciencia. Un sistema donde el proceso de la pintura actual como modelo para el estado del pensamiento- una llamada y una respuesta atados a la historia del arte y al entendimiento existencial. La metodología continua de Wilson funciona como un análogo visual de estas nociones: una discursiva mutación del proceso, impulsada por la tensión entre intuición e intencionalidad.

Para Wilson, la pintura es contingente a una historia en cuyas estructuras y signos hemos nacido. En las historias citadas de siglo XVII el pintor francés Georges de La Tour y el pionero de Bauhaus Joseph Albers, quienes están unidos por el artista. Al lidiar con estos dos métodos de pintura, Wilson establece las bases para su interés en su mayor conciencia sensorial. Una conciencia, en que la referencia del chiaroscuro a la mortalidad y a las ópticas de color se convierten en tema de enfoque para las pinturas. Las combinaciones de estos pasados recordados, crea futuros posibles. Presentando varios modos de representación, donde las representaciones simbólicas, icónicas e indexadas se pliegan en sí mismas, imágenes traidoras donde solo queda el objeto pintado.

Las obras de tamaño modesto de Wilson abarcan las tendencias de representación pre-modernas, y las consideran un modelo necesario para ver hoy. Como si se vieran a través del espejo, los fantasmas de Fantin-Latour, Morandi, Vermeer y Vuillard se filtran ansiosamente en un espectro seleccionado de un flujo de televisión, películas y pantallas retro-iluminadas. A pesar de esta dicotomía, los motivos cotidianos Wilson ralentizan al espectador, aportándoles un espacio intimo para la reflexión. De esta manera, el artista construye un hogar trascendental al espectador, equilibrando la mimesis de la fotografía con los rigores de la teoría del color modernistas, una trayectoria meditativa a de retro-alimentación en que la historia y el significado se colapsándose y todo se vuelve creíble.